Nuestra historia

empieza en el año 2000 en un antiguo granero situado en el barrio barcelonés de la Zona Franca.

Puede parecer una locura, pero teníamos tanta ilusión para conseguir nuestro sueño que en aquel momento lo materializamos como pudimos.
Así empezó un camino de llevar trabajo y esfuerzo, en un espacio donde diariamente nos emperrábamos a cumplir nuestro objetivo: ofrecer a vecinos y amigos productos artesanos elaborados con ingredientes de la mejor calidad.
La Zona franca es popularmente conocida por el carácter activo de sus habitantes. Por eso sabemos de primera mano que significa el comercio de proximidad, siempre al pie del cañón, el verdadero prescriptor en la vida real, el alma de cualquier barrio.
Nuestra familia empezó a crecer así, priorizando el trato próximo con el cliente, consiguiendo una cosa primordial: su confianza.

La confianza de nuestros clientes, el motor de 365

Allí, en ese antiguo granero, donde producíamos y vendíamos, nos cautivó el hecho de que la gente comprara productos elaborados por nuestra familia y se marchara siempre con una sonrisa.
Creemos en el respeto profundo hacia las personas y sabemos que una actitud amable es el camino hacia la felicidad. Para nosotros, el cliente y sus necesidades son el centro de nuestra actividad. Gracias a ello, y a nuestra sólida ética del trabajo, el espacio pronto nos quedó pequeño.
Poco a poco, junto a las personas que nos visitaban a diario, fuimos ampliando, mejorando y evolucionando las ideas que nos mueven. La sociedad no ha parado de transformarse, pero hemos conseguido siempre adaptarnos gracias a la innovación y la experimentación, sin perder nunca de vista nuestros orígenes.

Ahora, nuestra gran familia es una organización consolidada, con presencia en muchos puntos de la geografía catalana, pero aún nos queda un largo camino por recorrer porque queremos ser un referente y participar en la transformación hacia una sociedad mejor y más feliz. Y queremos hacerlo preservando el valor de la artesanía y la tradición, para transmitir a las nuevas generaciones nuestra pasión y respeto por la panadería, nuestro oficio.